Una vez alguien compuso una melodía.
Nunca pretendío que fuese escuchada. Estaba ahí, siendo oída tan sólo por las estrellas.
Cada tono bajaba despacio con sabor a sal y cada verso se mecia con los destellos de luna que entraban tímidos por aquel ventanal.
La soledad le acompañaba misteriosa …haciendose eco de su presencia inescrutable.
Pero más allá de aquel pequeño lugar, no era posible escuchar aquella melodía, las notas morían en sus muros y los cristales empañados de recuerdos y agonía no dejaban reflejar su color. Tan solo la vibración persistía desde fuera, pero enseguida dejaba de percibirse, pues los ruidos del exterior captaban mas atención.
Dónde queda una melodía que no puede ser escuchada, saboreada , sentida…?
Aún así se seguía tocando una y otra vez…a la espera de que quizás algún día , de esos en los que sin más te invaden los pensamientos , y de repente tu mente se queda parada sin esperar nada, oigas el lejano rubor de una melodía que toco desde hace tanto…que ya está clavada directamente en mis púpilas y en mis palabras, que se oye de fondo cada noche y envuelve mis sueños y sin querer recuerdo aquel dia en que por inercia salieron de mí aquellas notas hechas de ese mismo material… los sueños.
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