miércoles, 12 de enero de 2011


Esta era mi parada. Esperé.
Cogí mi tren con el único equipaje
que llevo encima: Todo de mí; todo lo que ves.
No siendo poco, de hecho.

Tomé mi asiento. Te dije adiós.
Y por más segundos que pudiera robarle al tiempo...no lo haría.

Me muero por disfrutar de cada tramo del trayecto.

De ver amanecer y atardecer desde mi ventana.

Ver llover y granizar para que al fin me despierten rayos de sol traslúcidos.
He cogido mi tren, llamado vida.
Como conductor, la ironía. como destino, La eternidad.

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