Palabras de mi puño
y letra, son puñales que se clavan,
clavados apuñalan
y brota bermellón,
la sangre del corazón;
y sellado suspiro
aquel que se escapa con cada latido
y llega al ser dormido;
ser divino o infernal,
atado por los siglos
y eternos caminos
recorriendo este mundo banal;
y tan solo queda en la lejanía,
alejado de la monotonía
que es morir,
¡el amor! que es la razón
por la que late el corazón,
¡que es la alegría de vivir!